martes, 23 de junio de 2015

EL FRAILE (CERRO AZUL)

Cuenta la tradición que en los tiempos muy lejanos los primeros frailes de la orden Franciscana llegaron a cumplir su misión evangelizadora al distrito de San Luis de Cañete, donde en épocas iniciales fue lugar de reubicación de la antigua “Villa de Santa María de Cañete”, logrando los religiosos acumular un cuantioso tesoro para la iglesia católica. En el año 1978 se produjo un terremoto de considerables consecuencias que motivó el éxodo de sus habitantes fuera del antiguo pueblo castigado, mientras que los padres Franciscanos se mantuvieron en el lugar cuidando sus preciados tesoros. Pero ellos, muy temerosos de ser víctimas del saqueo por los piratas que en ese entonces frecuentaban las costas cañetanas, decidieron por medida de previsión, enviar diariamente a un fraile al vecino Puerto de Cerro Azul para observar, desde la parte alta de un cerro cercano al mar, la proximidad o llegada de algunas flotas de los piratas. Un día de esos viajes, cuando un fraile se disponía a ocupar su puesto estratégico de observador, al dar un mal paso en el terreno se precipitó al abismo, pereciendo entre las aguas del mar. Por este hecho, desde aquellos tiempos, dicho lugar se denomina “Punta el Fraile”. Cuentan los antiguos pobladores que después de un tiempo apareció, en la punta del cerro centinela, un aspecto rocoso natural de forma de un águila que mira hacia el horizonte como si esperara que vinieran por el; los pescadores del Distrito manifiestan que desde la mar se observa en este aspecto rocoso a un perro, una mujer y una tortuga mirando el océano. Otros refieren que desde tierra se nota un águila o que se asemeja a un cóndor, pero desde mar adentro se ve como si fuera un sacerdote con el brazo levantado que trata de hacer señas.

CERRO EL PADRE (Lunahuaná)

Cuenta los moradores del pequeño pueblo de San Jerónimo, cerca de Lunahuana, que en el Coloniaje un Padre Franciscano en misión Evangelizadora peregrinaba por la quebrada de San Jerónimo. Al sentirse un tanto fatigado por el trajinar, decidió descansar brevemente bajo las sombras de los verdes molles; pero por tratarse de un lugar desconocido para él, cuando reinicio su caminata se extravió de ruta en la parte baja de una elevada cumbres entre carrizales y tupidas arboledas a orillas del rió Cañete. En esas circunstancias se encontró con un hombre de apariencia humilde y gesto muy atento a quien el religioso pidió que le guiara. Al accederle y caminando junto, en un santiamén casi sin darse cuenta llegaron a la parte alta de un cerro cercano como para poder contemplar el amplio y atractivo visual panorámico del valle. Allí, al preciso instante por misterioso hecho apareció al lado del Padre una hermosa Capilla pétrea, convirtiéndose al mismo tiempo el Fraile en piedra.

LA HUACA MALENA (Asia)

En épocas muy remotas de la jurisdicción del distrito de Asia, en circunstancia que el Cacique de esa comarca a mando de los hombres pertenecientes a su Señorío realizaba trabajos comunitarios, se les apareció una extraña ave de gran tamaño, plumaje blanco, ojos grandes y saltones, pico ganchudo y las patas con aserradas. El aspecto horripilante de este raro animal causo pánico y terror a los presente, muchos de ellos presurosos  solo atinaron a brindarle protección y seguridad a sus pequeños hijos y familiares. Pasadas algunas horas, al recuperarse de los momentos de pavor y confusión, cuando al atardecer el extraño animal alzo vuelo y se perdió en el lejano horizonte, el Cacique reunió a la comunidad y evocando sus ancestrales creencias mediante ceremonioso ritos, vaticino que este acontecimiento era el comienzo de un final trafico de su comarca; porque muy pronto llegaran hombres blanco y gigantes, se refería a los españoles, y los mataran e incendiara para destruir todo cuando existe. Luego, les recomendó a construir sus casas en subterráneo como medida de salvación. Hechas las habitaciones les sirvieron buen tiempo para guarecerse, hasta que produjo un violento y desolador terremoto, quedando masivamente sepultado todos los ocupantes, cumpliéndose así el final del presagio, desde entonces el ruinoso lugar se le conoce con el nombre de " Huaca Malena"         

EL CERRO HUECO (Quilmaná)

En las cercanías de la " Ruina Incawasi" , existe un pequeño pueblo denominado Paullo, aproximadamente a veinticinco kilómetros distante de la ciudad de Cañete. A poca distancia de este poblado se yergue un elevado cerro que tiene una abertura muy grande y profunda, motivo por el cual se le conoce con el nombre de " Cerro Hueco" .En este lugar hay muchas ruinas de la época de los Incas. Cuenta los habitantes del lugar, que después del terremoto de 1904 apareció en el " Cerro Hueco”, un faisán. Ocurrido el movimiento telúrico, muchas personas habían perdido a sus familiares, entre ellas, un señor que había quedado solo. Como un entretenimiento, este señor caso al faisán, y se lo llevo para tenerlo bajo su cuidado.   Cierta vez se olvido de darle de la comida, y el faisán desapareció; el señor fue en su busca y después de varios días lo volvió a encontrar, y lo criaba con mas cuidado .Después de muchos años, un día que el señor descuido al faisán, este desapareció de nuevo; y por mas que el señor lo busco, no lo volvió a encontrar; solo hallo una de sus maravillosa plumas que el pájaro le dijo en el " Cerro Hueco" . Los habitantes de este pequeño valle cree que este animal, tan hermoso, había sido mandado por Dios para que sirviera de compañía a aquel señor que había perdido a toda su familia en el terremoto.

LA PROCESIÓN DE LAS ÁNIMAS

Desde tiempos anteriores hasta nuestros días es costumbre de algunos pescadores salir a pescar a partir de la media noche para realizar su faena de pesca a cordel a orillas de playa.
Cuentan que un día, un pescador salió a realizar su faena de pesca como todos los días, cruzaba como siempre por el parque principal del distrito, cuando divisó a lo lejos que se abrieron las puertas de la iglesia y que habían varias personas que salían acompañando la procesión con velas encendidas; sorprendido por la procesión y la gente que acompañaba a ésta, vestida con túnicas negras, hizo un señal de la cruz mostrando respeto y se dijo asimismo que acompañaría un momento; el pescador se acercó pero no divisaba bien qué era lo que cargaban en hombros. Las personas que acompañaban tapaban el cajón para que él no lo viera; mientras eso ocurría, uno de ellos se acercó a él y le entregó una vela encendida, el la recibió y acompañó la procesión que dio una vuelta en el parque; sorprendido que no recorriera las calles preguntó ¿por qué sólo la vuelta al parque? y el que le entregó la vela le contestó que es costumbre de ellos realizar esta procesión en noviembre solo por 2 días y a la media noche, y que mañana lo esperaban a la misma hora. Impresionado y alegre por la acción que había realizado se dirigió a su hogar, apagó la vela y la colocó debajo de su almohada. Al día siguiente, por la mañana, le contó a su esposa lo que le había sucedido, su esposa sorprendida preguntó a los vecinos y aquella personas que paraban en la iglesia y ellas le manifestaron que ninguna procesión había salido y ni sale a esa hora; asustada, ella regresó a su casa, le contó a su esposo y le dijo que sacara la vela que le habían dado, su esposo asustado fue a sacar la vela debajo de la almohada y se dio con la sorpresa que no era una vela si no un hueso que formaba parte de la pierna de un ser humano; asustado y muy pálido comenzó a temblar y se desmayó, su esposa asustada pidió ayuda, los vecinos acudieron a socorrerlo y cuando comenzó a reaccionar ellos le pidieron que contara como había sucedido todo, el pescador contó todo y ellos le dijeron que tenía que ir a la misma hora que le habían citado y encontrar a la persona que le entregó la vela, porque de lo contrario se lo llevarían; asustado y con fiebre, el pescador esperó que llegue la media noche pero le decía a su esposa que no sabría cómo reconocer a la persona que le entregó la vela porque no le vio la cara, ella le contestó que tenga fe que ella rezará para que lo encuentre. Llegó la media noche y el Sr. esperaba que las puertas de la iglesia se abrieran, muy asustado él, recordó lo que le dijo uno de sus vecinos, que mirara las piernas de las personas que se encontraban en la procesión y a la que note el que le falta algo le entregue el hueso. El Pescador comenzó a observar que las puertas de la iglesia se abrían, entonces no dejó de mirar las piernas de las personas que salían de la iglesia y una vez que divisó a aquella no le perdió la mirada, por más que las otras trataban de cubrirla, él se fue acercando hasta llegar. Llegó a ella y le entregó el hueso, entonces el ánima alzó su túnica y se colocó el hueso, hecho esto de inmediato la procesión no avanzó y regresó a la iglesia; el pescador sorprendido por que el ánima se quedó a su lado, sintió que ésta le toco el hombro y luego regresó al lado de las demás ánimas que entraban con la procesión de regreso a la iglesia, y recién pudo percatarse que era un ataúd de muerto el que paseaban.

Regresó a su hogar y comenzó a contar a su esposa, familiares y vecinos que lo esperaban, lo que le había pasado. El más anciano de todos le dijo: hijo mío da gracias a Dios de que estés aquí, porque tu alma iba ser cambiada por el alma del ánima que te entregó la supuesta vela.

El hombre de Chilca

En el distrito de Chilca a setenta y cinco kilómetros al Sur de Lima, en el aspecto de  la investigación antropológica, fue el  destacado arqueológico francés Dr. Federico Ángel el autor del importante descubrimiento de despojos humano de los primeros habitantes costeños de una cueva en la parte alta de Chilca. El hallazgo del " Hombre de Chilca" que vivía de la caza cuya antigüedad estudiada experimentalmente mediante el carbono 14 realizado en el laboratorio Nuclear de Nueva Zelanda se estima que data desde hace 5750 años.

Según el Dr. Engel, los cadáveres de los niños y adulto hallado se conservan prácticamente intactos debidos a que unos yacían envuelto en cuero de vicuña, ligados con atadura también de cuero, envuelta la cabeza con una honda del mismo  material,  otros cubierto por curioso entrelazado vegetales, redes y esteras, habiéndose adornado con collares de conchas. Pero lo mas característico de estos cadáveres chilcanos, es el echo de tener cada unos de ellos dos piedras de batan encima- como para que el muerto no pueda levantarse y estar clavado al suelo cada difunto.

EL DUENDE YANACHAQUI

Cierto día, cuando los mineros regresaban de su trabajo en una camioneta a Mala, se les cruzo un duende que caminaba arrastrando el pie izquierdo, que era de color negro. El chofer de la camioneta acelero y casi choca con otro carro que venía del lado contrario.
Al día siguiente, cuando volvieron al trabajo, a una de las personas que había viajado en la camioneta le cayó una roca por estar pensando en el hombrecillo que se le cruzo. Este señor que era de la sierra, antes de fallecer le puso al du ende el nombre de “yanachanqui”, por tener el pie izquierdo de color negro, ya que en quechua  “chaqui”, significa pie y “yana” de color negro.

Desde entonces los mineros temen transportarse a la medianoche. Una de las tantas creencias es que cuando se le cruza un duende, fallece un trabajador.

LA CUEVA DEL DIABLO (San Antonio)

Si escuchamos con atención e indagamos con paciencia, la gente común, que tiene reticencia para narrar lo que ha escuchado de sus antepasados, o que la tradición del lugar va dejando como recuerdo, vamos logrando sonsacar a luz, algún cuento o una simple leyenda de LA tierra sanantonina.

En la Quebrada de Córdova, cuenta un joven, en El Tabo existe una cueva o caverna, que originalmente fue hecha porque allí existió una mina.

Pero, más adelante, esta cueva no podía ser visitada o recorrida, ya que se contaba que allí vivía el diablo.

Thick Skeleton Skull